De aforismos y verdades
Por: Alejandra Carrillo
Durante
muchos años, eras y temporadas se han utilizado aforismos para describir la
verdad (o medias verdades) por medio de declaraciones simples que engloban
específicamente una unidad de pensamiento influenciado por diversas corrientes.
Las cuales pueden variar determinando así las raíces de la idea, sentencia o
lapidario.
Originalmente
los aforismos fueron adjudicados a las reglas de vida del médico griego
Hipócrates quién tenía una filosofía de vida para casi todos los aspectos y
cuya sabiduría para sentenciar las reglas de la moral, las artes, las ciencias,
la medicina y establecer verdades, era incuestionable.
A partir de
aquí muchos filósofos utilizaban los aforismos como un reglamento para vivir
“bien”. Y al pasar
de los años podíamos dividir las reglas de vida como aforismoso como máximas.
Si no me equivoco un aforismo en sí mismo puede tener peso por distintas razones, aunque echando un vistazo reflexivo a los registros históricos de esta corriente (?) literaria, se observa que un aforismo es una declaración de un personaje de renombre, fuera de las compaginaciones. Tal es el caso de Pascal, Lichtenberg, Kraus, que frecuentaron este género de manera más común hablando de tiempos contemporáneos.
De un
tiempo para acá existen aforismos que no han sido creados como tal, son
aforismos por accidente, podríamos compararlos sin temor a equivocarnos con las
“citas famosas” de autores más renombrados y esto ocurre porque cada individuo
encuentra una máxima para vivir de los lugares más inhóspitos, como Nietzsche,
Einstein, Freud, Canetti y hasta Cortázar.
El aforismo
es la instantánea del pensamiento.
Recurrir a
este género tan difícil y sutil a un tiempo se ha convertido en un recurso
seudo-intelectual fácil en nuestros tiempos, sobre todo posibilitado por las
narrativas transmedia, en dónde acceder a las obras más importantes de grandes
autores depende de un clic. Las comunicaciones han hecho un mundo de aforismos
dónde quizá no los había explícitamente.
Cierto es,
los aforismos nos rodean hasta al caminar. Cada uno de nosotros hicimos de
nuestro teórico de vivir, un aforismo. Una frase de un autor que rige o
justifica nuestras acciones y, hasta, forma parte de nuestra personalidad.
Y hay,
también, quienes crean las suyas.
Adoptar un
aforismo como forma de vida ha sido parte de nosotros siempre, pero debe
echarse un vistazo más cercano a aquellos autores que se dedicaron específicamente
a esclarecer ciertas verdades. ¿O los aforismos accidentales también cuentan?.