Ilustrado por: Topiltzin Begines. |
Porque
para ella la sinceridad en primera persona era algo imposible, el enunciamiento
escrito de una verdad estaba limitado por la cantidad de ojos entrometidos que
podrían leerlo sin tener que ver con la cuestión. “Los burlones y observadores
espíritus que, incluso en la crisis y la vacilación del momento, se mantuvieron
vigilantes, vuelven ahora en rebaño al hogar. Con su ayuda soy Bernard, soy
Byron, soy esto y lo otro”. Es por eso que Virginia recurría a la novela, a la
ficción para decir la verdad.
“Sólo
la autobiografía es literatura, las novelas son su cáscara y, al final, se
llega al meollo: o tú o yo”. Probablemente, en ninguna otra de sus novelas se
cumpla mejor esto que en las olas. En un principio Virginia había considerado
que la obra se llamara “las polillas” debido a que a estas se les observaba
atrapadas en la corriente de aire, en ese flujo constante que hallaría mejor
representación en el agua; elemento que fascinaba, con su terror y su
esplendor, a la autora. Mediante la analogía (recurso propio de la erudición
victoriana), de una ola que se forma, se detiene, retrocede arrastrándose para
luego llegar a su punto álgido y finalmente romperse, conocemos la vida de
Susan, Rhoda, Louis, Bernard, Jinny y Neville expresada mediante soliloquios
existencialistas y alternados. La existencia cubre con su manto doloroso y
abstracto a los seis personajes que solo encuentran escape a esas ilusiones autoimpuestas
en Percival, su compañero de escuela, en
esa realidad llamada en un principio Percival.
Por
lo común no dudamos de la existencia del suelo que pisamos, del árbol que
parece resistir ese eterno fluir, de las olas que vemos romperse en la playa,
para esos efectos todos somos realistas ingenuos. Pero en la novela, los
personajes se revelan, a través de las etapas de la vida,
ante esa ingenuidad y pretenden expresar todo mediante una nueva realidad
psicológica surgida del interior, de la más pura experiencia. No sabemos si
Rhoda, la introvertida, es como la percibe Jinny la frívola, o si Bernard es
tan escritor como Neville es tan culto pero ahí comprendemos mejor que estos personajes
son una mega-persona llamada Virginia Woolf , la cual busca representar ese
silencio externo que resulta tan doloroso y abismal. La realidad ya no es
Percival si no que es la muerte, y es contra ella que hay que luchar, lanzarse
a su encuentro, aun cuando esto signifique dejar de existir.
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